sábado, 21 de junio de 2025

Seis causas para la falta de dólares en Bolivia y sus efectos como la escasez de combustibles y subida drástica de la canasta familiar



Por: Alejandro Mostajo Rueda


La grave crisis económica que hoy golpea a las familias bolivianas tiene su raíz en un problema estructural: la falta de dólares. Esta carencia de divisas no es casual ni producto del azar, sino resultado de decisiones políticas equivocadas, saqueo económico, y falta de planificación estatal. A continuación, explicamos las seis principales causas que explican esta crisis, cuyos efectos ya se sienten en la escasez de combustibles, la devaluación del boliviano, y el incremento de los precios de los productos básicos.

1. La caída de las exportaciones de gas:

Durante muchos años, el gas fue la principal fuente de ingresos para el país. Sin embargo, hoy se registra una caída de más de 4.000 millones de dólares por año, debido a que en los últimos 20 años no se hicieron inversiones en exploración de nuevos pozos. Esta falta de planificación se combinó con una política de despilfarro, donde en lugar de diversificar la economía o garantizar el futuro energético del país, se gastó sin control en obras electorales y clientelares, principalmente durante la gestión de Evo Morales. El resultado: Bolivia ya no tiene gas para exportar y el Estado ha perdido una de sus principales fuentes de dólares.

2. Los dólares en bancos del extranjero y paraísos fiscales:

Los empresarios privados exportadores, que venden al exterior productos del agro, carne, minerales, madera y otros, generan más de 10.000 millones de dólares cada año, pero no repatrian esas divisas al Sistema Financiero Nacional. Prefieren dejarlas en paraísos fiscales y bancos del extranjero, privando al país de liquidez. Esto es aún más grave porque estos sectores se benefician de millonarios subsidios estatales como el diésel subvencionado, electricidad barata, liberación de impuestos y aranceles, además de la dotación de tierras fiscales. A cambio, solo dejan devastación ambiental en nuestra Amazonía, provocando incendios para expandir su frontera productiva.

3. La minería en manos ajenas:

La minería, que hoy ha pasado a ser la principal fuente de riqueza del país, genera casi 7.000 millones de dólares por año gracias a la explotación de oro, plata, zinc, cobre y otros minerales. Sin embargo, esa riqueza no llega al Estado ni al pueblo. Está en manos de empresas transnacionales y privadas, muchas de ellas camufladas bajo el rótulo de “cooperativas mineras” para evadir impuestos y regulaciones. Estas actividades, además, están causando un grave daño ambiental: destrucción de ríos, bosques, lagos y comunidades enteras.

4. Bolivia, país importador y saqueado:

Bolivia importa más del 90% de lo que consume, incluso productos que puede producir localmente. Esto ha creado una economía dependiente y frágil, donde las grandes mafias del contrabando han tomado control del mercado. Cada año, se pierden más de 2.300 millones de dólares por contrabando, destruyendo a la industria nacional, al pequeño productor y al trabajo digno. Esta lógica de fronteras abiertas ha condenado a más del 86% de la población a vivir del comercio informal y de la sobrevivencia diaria.

5. Los dólares de las remesas expropiados por empresarios banqueros:

Los dólares que envían nuestros compatriotas desde el exterior —producto del esfuerzo de miles de bolivianos que trabajan lejos de su patria para ayudar a sus familias— son hoy objeto de una verdadera expropiación silenciosa por parte de los empresarios banqueros. Estos dólares, en lugar de circular dentro del sistema financiero nacional para fortalecer la economía y aliviar la escasez, son desviados y traficados en el mercado paralelo o mercado negro, donde obtienen mayores ganancias. Mientras tanto, a los usuarios comunes se nos entrega en ventanilla únicamente moneda boliviana devaluada, sin acceso real a los dólares que nuestros propios familiares envían desde el exterior. Esta es una práctica especulativa y abusiva que contribuye a agravar aún más la crisis de divisas en el país.

6. El bloqueo político de los créditos internacionales:

Para agravar más la situación, en la Asamblea Legislativa Plurinacional se encuentran bloqueados más de 1.600 millones de dólares en créditos que ya fueron gestionados y aprobados por organismos internacionales. Estos recursos podrían ser un paliativo en este momento crítico, pero están paralizados por las componenda entre evistas, mesistas y camachistas, que anteponen sus cálculos políticos a las necesidades del pueblo. Este sabotaje político ha frenado proyectos clave de infraestructura y preinversión que podrían generar empleo, movimiento económico y alivio financiero para el Estado.

CONCLUSIÓN:

Mientras estas seis causas principales no sean enfrentadas de manera frontal, la crisis económica no solo no se resolverá, sino que se agravará. No se trata de promesas ni de discursos vacíos: se trata de recuperar para la nación las fuentes de riqueza que hoy están en manos de sectores corporativos, de repatriar lo que se produce en Bolivia, de frenar el saqueo. Si no atacamos estas seis causas principales, la crisis en Bolivia no se resolverá y, más al contrario, continuará agravándose.